Spain is different. Cualquiera que lea esta frase entiende a qué se refiere. En el trabajo diario con adolescentes internacionales, me llama la atención cómo van descubriendo los diferentes aspectos culturales de España. Además de proceder de otro país europeo, ven su realidad con las gafas culturales propias de un/a adolescente. 

He querido hacer una clasificación entre las diferencias más significativas y también las que, aun siendo de aquí, no somos conscientes de ellas, ya que no parecen tan visibles.

No se trata de un estudio sociológico ni de datos oficiales ni contrastados. Ha sido una labor de documentación que he extraído de los cuestionarios finales que rellenan nuestros/as estudiantes y que nos ayudan a saber cómo han vivido su experiencia en España. Dos de las preguntas que les hacemos son:

Después de los meses vividos en España, ¿qué te ha llamado más la atención sobre la cultura española? 

Si haces comparación con tu propio país, ¿hay algo que has aprendido de tu propia cultura?

Los autores de los comentarios proceden de países europeos como Alemania, Austria, Suiza, Eslovaquia, Islandia o República Checa.

Ya de antemano os pido disculpas por si algunas observaciones en alguna secciones puedan dañar la sensibilidad cultural de algún/a lector/a.

Dejaos sorprender por las respuestas. ¿Se os ocurren algunas más? Dejad vuestro comentario al final del post.

 10. Nunca es tarde... Si la dicha es española

Los adolescentes internacionales perciben que el ritmo en España es diferente. Todo se hace más tarde. Desde las comidas, hasta la hora en la que te acuestas. También las clases se inician más tarde. Todo va más lento. Cuando viven aquí se dan cuenta de lo puntuales y planificados que son en sus países de origen.

Os dejo algunas frases que no tienen desperdicio:

«Típico español ahora para mí es que te acuestas tarde y la primera frase de todos en el colegio es que tienen un sueño… ;)». 

«Todo va más lento, pero después cuando se llega tarde, se hacen las cosas ajetreadamente».

Por el contrario, lo que aprenden de su cultura es:

«Inmediatez. Y si las cosas no funcionan a la primera, funcionan a la segunda, pero no a la sexta».

«Al haber más organización, se planifica mejor, se espera menos y se aprovecha más el tiempo».

 9. ¡Marchando una tapita!

Ya sabemos qué comidas son las típicas en España, ¿verdad? Tortilla de patatas, jamón, paella, empanada, el aceite de oliva, los churros, los picos, etc. Sin embargo, aparte de estos alimentos tan visiblemente típicos españoles y de la rica, sana y variada dieta mediterránea que les encanta, los estudiantes tienen además otra percepción de la comida española después de vivir en España.

Para ellos, la comida española contiene más aceite (por ejemplo, hay más alimentos que se toman fritos); se suele tomar un tapeo previo (unas patatas fritas o unas aceitunas) a la comida principal o se consume pan blanco durante las comidas.

En los recreos del colegio, los adolescentes consumen menos fruta y más bocadillos. Mirad lo que dice una estudiante sobre esto:

«(…) que en la escuela todos se llevan un bocadillo con jamón o tortilla o algo así que está en papel de aluminio y al final del recreo hay bolitas de aluminio en todo el suelo del patio».

 8. Vamos de paseo... Pi, pi, pi

Al igual que en España, en sus países de origen también se conduce por la derecha. Esta no es la diferencia. Lo que más llama la atención es el uso de vehículos privados en vez del transporte público. A falta de un sistema de transporte público mejorado, en España se utiliza el coche más a menudo. Especialmente, cuando los/as estudiantes viven en pueblos y necesitan utilizar el autobús para ir a la ciudad, las opciones son algo limitadas.

Aquí os dejo algunos comentarios:

«Puedes aparcar tu coche en la acera con las luces de emergencia e irte a comprar».

(Refiriéndose a su propio país): «Los peatones jamás se pasarían un semáforo en rojo».

«Un día fui con mi mamá anfitriona en coche a una cafetería y al minuto después ya habíamos llegado allí».


 7. Saturday night...

A primera vista, no parece que el ocio sea muy diferente, al menos en los países occidentales y entre adolescentes. Sin embargo, no todo es como parece. Muchos estudiantes internacionales coinciden en que a los/as adolescentes españoles les gusta quedar con amigos/as simplemente para pasear por la calle y disfrutar del buen tiempo. Hay más vida al aire libre. No se tiene ningún plan y todo es más espontáneo. En sus países de origen, suelen ir a cafeterías y pasan más tiempo en sitios cerrados. También les choca que después de clase los/as jóvenes regresan a sus casas en lugar de quedar con amigos/as. El tiempo libre se aprovecha más en el fin de semana y más por la noche que por el día.

Luego está el tiempo libre en casa y el lugar que ocupa la televisión. Les choca que muchos hogares tengan la televisión todo el día encendida incluso para la hora de comer.

Como lo señala una estudiante:

«Los adolescentes españoles suelen quedar con sus amigos en la calle y compran chucherías, pero sobre todo pipas. Les encantan las pipas. En cada evento que se celebra al exterior, todo el mundo está comiendo pipas y el suelo termina lleno de cáscaras. De hecho, todas las calles están llenas de cáscaras de pipas.»


 6. Vida escolar

En las últimas semanas no se habla de otra cosa (pandemia aparte) más que de la nueva ley de educación por aquí o la otra por allá.

Y creo que, por muchas leyes que implementen, los/as estudiantes de intercambio siempre van a hacer algún comentario sobre el sistema educativo español.

Por ejemplo, la forma de impartir clases en los institutos españoles es de forma frontal. Es decir, el profesor está delante del alumnado, suelta la explicación y listo. Según describen los estudiantes sobre sus países de origen:

«En la escuela tienes que pensar y aplicar mucho más las cosas que tus profesores te presentan en clase». 
No hay tanta participación en las clases. «El profe te explica como es, eso copias, aprendes y ya está».

Por otro lado, notan que se habla más en el aula, hay menos silencio. También les sorprende de forma positiva la relación tan cercana y bonita que existe entre el profesorado y sus/as alumnos/as.

Otra diferencia que encuentran es que hay menos acoso escolar, más presión en el colegio y que en España se estudia más y se hacen más deberes.

¿Querría la señora Celáa hacer algún comentario al respecto?


 5. ¿Qué queremos? Autonomía. ¿Cuándo la queremos?

No os asustéis, el Estatut de Catalunya no es de lo que voy a hablaros. Los estudiantes internacionales se dan cuenta de que en España, un/a joven de dieciocho años, aun siendo mayor de edad, se le trata como a un/a niño/a. Y eso que vienen aquí siendo adolescentes y no teniendo cuarenta años. Si no… ¡Pobres!

Notan que en sus países, los/as niños/as son más autónomos/as, tienen más libertad de movimiento. Con 16 o 17 años los tratan como adultos, son más libres a la hora de tomar decisiones y estudiar. Luego vienen a España y se quedan a cuadros cuando sus mamás anfitrionas les sobrealimentan mientras llenan su plato de comida una y otra vez.

 4. Amigos para siempre

Quién pensaría que el concepto de la amistad pueda ser diferente entre culturas. Hacer amistades debería ser lo más internacional del mundo, aquí y en la Conchinchina. Pues para alguien que viene a España a vivir, hay diferentes aspectos que le llama la atención a la hora de relacionarnos con nuestros/as amigos/as.

En primer lugar, la forma de saludarnos. Te inclinas hacia la persona que tienes delante, un poco torcido a la izquierda, juntas tu mejilla derecha con su mejilla derecha y repites la operación en el otro lado. Todo el mundo se da besos y abrazos. La mayoría de estudiantes tienen la costumbre de saludarse más fríamente con un apretón de manos.

Aunque ahora pensando… Quizás este saludo típico español pase a una mejor vida en la era pospandemia. ¿Nos volveremos más centroeuropeos en lo que a saludos se refiere?

Otro aspecto que llama la atención es que entre adolescentes, el círculo de amistades es más grande y es muy fácil conocer a gente nueva. 

Una vez has entablado una verdadera amistad con alguien, también hay diferencias. En países como en Alemania, donde la comunicación es mucho más directa, si algo molesta de otra persona, lo puedes decir abiertamente sin que la otra persona se enfade. Aquí en cambio sería un auténtico dramón que nos costaría hasta varios días sin tener apetito.

Por esta razón, el tema cotilleo tiene su lugar en las relaciones de amistad. Al no hablar directamente sobre algo que nos molesta sobre otra persona, aquí en España se tiende a criticar más a las espaldas de alguien.

Por último está el tema de la confidencialidad. Como un/a estudiante señalaba:

«Si le dices algo a una persona, aunque no sea muy importante, todo el mundo se va a enterar una hora después».

 3. Volumen

No me refiero al volumen físico que ocupa una persona española. De momento, no superamos a EE. UU. en obesidad. De momento… Más bien el volumen que notan los/as estudiantes de intercambio es el que se escucha en las calles. La gente en España suele hablar más alto en comparación con otros países europeos. Somos más ruidosos a la hora de hablar y expresar nuestra opinión. 

Esto dicen de nosotros:

«Se discute más, pero no en plan serio, sino en la forma de expresarse».

«En las discusiones, la gente habla con más fuerza y emociones».

En consecuencia, cuando vas a algún establecimiento casi ni puedes oír al que está a tu lado por el ruido de todo el mundo. No creo que eso lo noten únicamente quien viene de otro país.

Como lo describe otro estudiante: «Hay mucho ruido, la música está muy alta en los bares porque la gente grita mucho». Analizando este comentario es como el dicho del huevo y la gallina. ¿Qué va antes?


 2. Actitud y carácter

He querido dejar este apartado casi para el final por lo sorprendente que puede llegar a ser. Por supuesto sabemos que la actitud y el carácter son rasgos muy individuales de cada persona. Pero de alguna forma, nuestra cultura influye en cómo vemos la vida, la forma de comportarnos, etc.

¿Queréis saber algunos rasgos que nos unen y en lo que muchos estudiantes coinciden después de vivir en España? Os aviso, hay de todo, aspectos positivos, negativos, neutrales. ¿Preparados para la crítica y las contradicciones? Os recomiendo que esta sección la leáis un poco más de carrerilla ¡ALLÁ VAMOS!

Somos optimistas, relajados. Hay serenidad en nuestras vidas.

Somos abiertos, cariñosos. Pero también dramáticos y temperamentales.

Somos sociables, amables con los extraños.

Tenemos menos preocupaciones, somos espontáneos y sin inhibiciones.

Irradiamos desparpajo y soltura. Estamos de buen humor y no nos rebotamos tanto.

Gastamos muchas bromas y contamos muchos chistes.

Hacemos locuras, pero… «No hacen muchas cosas nuevas ni se arriesgan mucho, pero son felices así». Dicen también de nosotros.

Somos más alegres y activos. No nos preocupamos mucho por nuestros problemas.

La vida es más fácil.

«Les gusta ayudar con todo y todos, preguntan cómo estás, cómo te sientes.»

«La gente te acepta como eres. Te juzgan menos (por tu forma de vestir, tu peinado…)».

Somos tolerantes, acogedores, comunicativos. Somos patrióticos y monárquicos.

Pensamos de forma colectiva. No hay mucho espacio personal.

En resumen, como lo describe esta estudiante:

«Lo que más me ha llamado la atención sobre la cultura española es que todos son muy abiertos y felices y creo que tiene que ver con que la gente está fuera todo el día haciendo deporte. Creo que el fío de Alemania y todas las reglas nos hacen mucho más serios y menos felices.»

 1. We are family

En primera posición y como final de esta publicación, no podía olvidarme del pilar fundamental de la cultura española: LA FAMILIA. 

Los núcleos familiares son el alma de Openmind y este aspecto cultural es lo que más huella les deja a nuestros/as estudiantes de intercambio.

Indiscutiblemente, todos coinciden en que hay más vida familiar, más conciencia familiar. Disfrutamos mucho de nuestras familias, nos reímos y divertimos, no solo con nuestros progenitores y hermanos/as. El círculo familiar incluye a otros miembros muy queridos: abuelos y abuelas, tíos y tías, primos y primas. 

Las familias españolas suelen reunirse muy a menudo sin que haya algún motivo especial y cuando en esos encuentros entrañables participan sus nuevos/as hijos/as de intercambio, la reunión se vuelve aún más animada, pues todo el mundo quiere saber e interesarse por el nuevo miembro familiar. Así es, para el resto de la familia, automáticamente, el/la estudiante de intercambio comienza a ser un nuevo miembro de la familia. Por esta razón, todos terminan regresando, ya que dejan un pedacito de ellos mismos con sus familias españolas.


 Un poquito de tó

Por último (ya de verdad) os dejo algunas reflexiones varias sobre otros aspectos que no tienen nada que ver con el resto. Un popurrí de diferencias que también merecen la pena compartir:

«No tienen miedo a las bacterias. En EE. UU. cada uno se parte su pan, aquí te lo parten y te lo dan».

(Hablando de su propio país): «Las personas dicen que el alemán es un idioma feo y he pensado mucho en eso. Creo que es más preciso que el español porque no hay tantas opciones para decir la misma cosa. Es mejor para explicar las cosas y decir más cosas».

Aunque otro alemán te diría justo lo contrario, Si el alemán es más preciso, es justo porque hay más opciones para decir la misma cosa. Seguro que a los lingüistas germano hablantes les encantaría tratar este tema

«Tienen aire acondicionado».

«Llaman mucho por teléfono».

«No tienen papelera en el baño».

«Aunque haya llovizna, es como si lloviera fuerte».

Y es precisamente todo esto lo que a nosotras, las organizadoras del intercambio escolar, nos encanta en este trabajo: la diversidad cultural, las diferentes formas y perspectivas de cómo se interpreta el mundo en que vivimos. Te das cuenta de que tu opinión es solo una de muchas y si escuchas bien, tienes la gran oportunidad de crecer y aprender cada día un poquito más.