Cuando Sole comenzó a ser coordinadora tenía solo 22 dulces añitos. Recuerdo que a Kristin le sorprendió que una joven, con su carita de niña, aún en la universidad, se viera capaz de coordinar las estancias de jóvenes que solamente le superaban en unos cinco años a lo máximo. La prueba la superó con creces. En estos seis años ha acompañado a un gran número de estudiantes de intercambio en su aventura en España. Ha entrevistado decenas de familias, descartado las que no le hacía gracia. Ha cambiado a estudiantes de familia, ha sido mediadora. En fin, se ha ganado a muchas personas con su dulzura, su madurez, su valentía.
Y ahora le ha llegado su momento. El momento de vivir la experiencia desde otra perspectiva. Era la hora salir de España, de vivir en un país extranjero. De ser la estudiante de intercambio. Su destino original era Australia. Sin embargo, la situación pandémica le hizo recalcular sus planes, pero no abandonarlos. Destino definitivo: Irlanda.
Desde principios de octubre se encuentra en Dublín viviendo con una familia irlandesa al cuidado de dos criaturas adorables.
Mi intención era que compartiera con la audiencia lectora cómo vive la experiencia con el bagaje intercultural que la ha llevado a Irlanda tras cinco años trabajando como coordinadora local.
Aquí va la entrevista. ¡Disfrutadla! Hay mucho de lo que aprender.
P: ¿Cómo influye tu experiencia anterior como coordinadora en tu actividad actual en Irlanda?
R: Básicamente, ahora pongo en práctica todos los consejos que anteriormente daba a mis estudiantes. Todo lo teórico, en cuanto a intercambio cultural y adaptación, ahora lo llevo a la práctica.
P: Siempre has mediado entre estudiante y familia cuando ha habido un conflicto. Si ahora vivieras tú un conflicto con tu familia anfitriona, ¿cómo lo gestionarías?
R: Aplicando la regla n.º1 para la resolución de cualquier conflicto: COMUNICACIÓN. Este es el aspecto más importante que me llevo de mi trabajo como coordinadora de Openmind.
Uno de los rasgos que podría definir de la población española es la tendencia a evitar hablar sobre asuntos «turbios». Dejar pasar y no ser claro con la persona que tienes enfrente, por tal de no tener problemas con ella. Tendemos a ser muy emocionales al relacionarnos y eso hace que no sea fácil abordar la resolución de un conflicto (teniendo en cuenta que tampoco nadie nos ha enseñado formalmente la manera correcta de resolver conflictos y lo único que podemos hacer es repetir patrones).
Por lo que, resumiendo, hablaría con mi familia sobre aquello que tuviéramos que resolver.
P: Hablando de la conciencia sobre las diferencias culturales, ¿te ha ayudado el trabajo como coordinadora? ¿En qué sentido?
R: Creo que en la pregunta anterior respondo a esta. Me ha ayudado mucho en todos los sentidos. Ser capaz de abordar los conflictos de manera asertiva, de entender a dos partes «enfrentadas» sin posicionarme, poniéndome en la piel de cada una de ellas. También, haberme relacionado con estudiantes de distintas nacionales, me ha hecho tomar conciencia de mi propia cultura y de las diferencias que existen a pesar de vivir en el mismo continente.
P: Los estudiantes que solías coordinar tienen diez años menos que tú ahora. ¿Crees la adaptación a una familia anfitriona es diferente para un estudiante de dieciséis años que para una persona de tu edad?
R: Obviamente, la edad es un factor importante. Las prioridades y necesidades que tenemos son diferentes y esto influye mucho a la hora de adaptarse. No obstante, creo que a cualquier edad lo más importante es la actitud. Una actitud proactiva siempre va a ser súper importante para adaptarte más rápido y mejor. Creo que puede haber personas de mi edad a las que la adaptación le cueste mucho y estudiantes de 17 años que se adapten rápidamente.
Basándome en mi experiencia como coordinadora, los/as estudiantes que tienen éxito desde el principio en los diferentes espacios que se relacionan (instituto, familia, amigos) son aquellos/as que desde que llegan se involucran 100%, están abiertos, dedican tiempo y se esfuerzan en sus relaciones sociales. Independientemente, incluso, del nivel de idioma con el que lleguen.
P: ¿Cuál es la principal diferencia cultural entre Irlanda y España que más te ha llamado la atención?
R: Solo llevo desde principios de octubre aquí, pero, de momento, podría decir las siguientes:
- Son mucho más educados/as al volante. Esto me sorprendió mucho porque lo noté al tercer día de llegar. Más pacientes y menos groseros.
- Lo comenté con mi «madre anfitriona» y de aquí me llevo que el problema de no comunicar no solo es Made in Spain. Considera que el que sean así al volante es porque son así en todas las situaciones, no son capaces de decir nada al de enfrente, a pesar de que en muchas ocasiones sea en su perjuicio.
- La industria alimentaria infantil. En algunos supermercados, en la parte de la fruta los/as niños/as tienen un espacio en el que pueden coger cuatro tipos de frutas, con una ruleta que giras y te dice qué fruta coger. Es gratis. Creo que es una buena forma de fomentar una buena alimentación en niños/as. Otra diferencia sobre la comida: aquí casi nadie toma cola cao en el desayuno (la cara que puso cuando se lo pregunté…)
- Aunque en general nuestra gastronomía es mejor, ese aspecto me llamó la atención, no sé hasta qué punto es cultural.
- Me he dado cuenta de que en España mostramos más nuestro desacuerdo con la política. Teniendo esto que ver con el primer punto y su forma de ser.
P: ¿Eres ahora más consciente de tu propia cultura?
R: Openmind y viajar ha hecho que sea más consciente de mi propia cultura. Ahora aquí, seguiré ampliando mi visión.
P: ¿Qué consejo les darías a los estudiantes que, a pesar de la pandemia, han venido a España y aquellos/as que, aún se sienten indecisos/as por venir?
Ante todo, les diría que es una situación complicada para vivir un intercambio cultural como otros estudiantes lo han hecho en el pasado. Os entiendo perfectamente porque estoy viviendo exactamente lo mismo.
No obstante, pensad que es la situación perfecta para:
- Mejorar el idioma. Son nuestros primeros meses, los más importantes para aprovechar esta situación y subir el nivel.
- Estrechar la relación con vuestra familia, ya que estamos pasando mucho tiempo con ella. Cocinar, jugar a juegos de mesa, preguntad mucho y hablad sobre vuestro país.
- Conocer a fondo la cultura en España y en vuestra familia.
Y, ¡recordad que estamos viviendo una oportunidad única! En todos los sentidos… Nunca volveréis a estar en España, con vuestra edad y con vuestra familia. El tiempo no vuelve. Y, sobre todo, pensad que otros jóvenes no tienen la suerte de poder vivir un tiempo fuera de su país, con Covid o sin Covid. ¡Valoradlo!